¡Bienvenido al segundo artículo de este compendio de escritos que nuestros estudiantes prepararon para ti, en él, muestran su talento, ideas y creatividad!
En esta ocasión nos enfocamos en un emotivo texto escrito por un docente en el que comparte sus reflexiones y sentimientos al concluir un ciclo escolar.
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MEMORIAS DE UN DOCENTE: DESPEDIDAS Y NUEVOS COMIENZOS
¿A dónde irá, veloz y fatigada, la golondrina, que de aquí se va? (Las Golondrinas / Narciso Serradell)
Junio es el mes del orgullo, donde los colores invaden las calles y nos demuestran el poder de ser, de vivir y de amar.
El mes en el que se nos enseña que todo fin es el comienzo de algo, que el año va a la mitad y es un buen momento para hacer un recuento de logros y fracasos.
Que, mientras México ya tiene nueva mandataria y por primera vez será una mujer quien decida el futuro del país, existen países donde la homofobia y crímenes de odio siguen ocurriendo sin ser penalizados.
¡Qué mes! Gran mes para despedirse, para retomar el camino o trazar uno nuevo, el mes de aprender a soltar, para seguir creciendo.
Así nos vamos a las vacaciones, con lágrimas y una sonrisa en el rostro, con memorias de un ciclo escolar que se nos escapó en un abrir y cerrar de ojos.
Que entre festivales, cierre de unidad y proyectos, se nos fueron las semanas y hoy podemos decir ¡felices vacaciones!
Porque sí, a pesar del cansancio, del estrés, de la fatiga y de las desveladas, concluimos un ciclo escolar más.
¿Alguna vez nos prepararemos lo suficiente para este momento, para aceptar que los estudiantes están listos, que su camino debe seguir así como el de nosotros, los docentes, que las despedidas y palabras de gratitud serán expresadas, pero que el siguiente ciclo se disipará con nuevas compañías y aprendizajes?
¿Será que algún día, después de los 190 días de compartir nuestra existencia con seres tan maravillosos como son nuestros estudiantes, nos prepara para poder decirles adiós sin sentir que un pedacito de nosotros se va con ellos?
Será que Borges tenía razón cuando dijo que “cada persona que pasa por nuestra vida es única. Siempre deja un poco de sí y se lleva un poco de nosotros. Habrá los que se llevarán mucho, pero no habrá de los que no nos dejarán nada.”
¿Será que ese es el poder de un docente? Despedirse en paz, sabiendo que has dejado poco o mucho en cada estudiante y que en ti ha quedado mucho de cada uno de ellos, ¿Será?
Ave querida, Amada peregrina, Mi corazón, Al tuyo acercaré...
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